lunes, 13 de julio de 2015

TEMA 4-LA CARTA QUE DIOS NOS ESCRIBIO (Cateq. Bautismal)

Nuestra experiencia

Nuestro Padre Dios nos ama tanto que nos ha hablado muchas veces y de muchas maneras. Más aún: Él quiso que sus palabras quedaran escritas en un libro, que es para nosotros como "la carta que Dios nos escribió".

Este libro se llama la Biblia. Tal vez nosotros lo hemos visto en nuestra casa.

Ahora vamos a conocerlo un poco más:

-¿Cuando un papá está lejos le escribe cartas a sus hijos?
-¿Alguna vez has recibido una carta que te alegró mucho?
-¿Cómo debemos leer la carta de Dios?
-¿Qué es lo que llamamos los cuatro evangelios?
-¿Cómo nos enseñó Jesús a leer la carta de Dios?

La Palabra de Dios

-Para entender por qué la lectura de la Palabra de Dios no produce siempre buenos frutos, leamos la parábola del sembrador (Marcos 4,1-9 y 13-20)

Explicación del mensaje

-Cuando leemos los evangelio, cada palabra es como una semilla que cae en nuestro corazón y que debe producir frutos. No siempre da todo lo que debe producir frutos. No siempre da todo lo que debe producir.

-Jesús nos explica en la parábola del sembrador lo que pasa:

          -Unos no atienden la lectura porque están distraídos. Así la palabra de Dios ni siquiera entra en su corazón, como la semilla que cayó en el camino.

          -Otros oyen con gusto lo que dice Dios, pero apenas salen se les olvida todo. La semilla empezó a nacer, pero no creció.

          -Otros oyen la Palabra de Dios y comienzan a cumplirla. Sin embargo, se cansan muy pronto porque no tienen valor. Es como la espiga ahogada por las espinas.

-Jesús termina su parábola diciendo que si atendemos bien a sus palabras y las ponemos en práctica, haciendo un esfuerzo grande y generoso, entonces nuestra vida será como una cosecha abundante, que alegra a nuestro Padre Dios. (p.12)


Marcos 4, 1-9 y 13 -20

La parábola del sembrador

Dibuja lo que has escuchado en la parábola del sembrador, lo que sucede cuando se siembra en  tierra buena.



Hagamos todo el esfuerzo para aprender a leer pronto y bien: así podremos leer los evangelios. Mientras tanto pidámosle a nuestro papá o mamá que nos lea la historia de Jesús.

Danos hoy nuestro pan de cada día. (p.13)

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