Nuestra experiencia
Al terminar la última cena, Jesús salió con sus apóstoles hacia el huerto de Getsemaní y comenzó su Pasión.
Por eso, el Viernes Santo, los cristianos celebramos ese camino doloroso que llevó a Jesús, desde la agonía del huerto hasta su muerte en el calvario.
Hoy vamos a recordar un poco esos misterios:
-¿Has mirado con atención un crucifijo?
-¿Quiénes han visto el viacrucis de la parroquia?
-¿Cuál de los sufrimientos de Cristo nos parece el peor?
-¿Quién puede decirnos para qué sufrió tanto Jesús?
-¿Qué debemos hacer cuando recordamos la muerte de Jesús?
La Palabra de Dios
-Un viernes, a las tres de la tarde, Jesús crucificado muere por todos nosotros después de sufrir los dolores de la Pasión. Leamos, piadosamente, la crucifixión y muerte de Jesús. (Mateo 27,33-56)
Explicación del mensaje
-En la última cena Jesús había dicho: "Éste es el cáliz de mi sangre...que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados". Y esa misma noche, en el huerto de los olivos, Jesús empezó a sudar gotas de sangre. Después llegaron los azotes, la corona de espinas, los clavos en las manos y en los pies, el arrancarle violentamente sus vestidos...Todo esto hizo derramar la sangre de Jesús hasta que murió crucificado.
-Jesús sufrió y murió libremente, esto es, porque él quiso sufrir y morir. No le quitaron la vida; él la ofreció y la dio. Nos preguntamos: ¿Por qué quiso sufrir y morir Jesús? Pero él ya lo dijo: lo hizo por nosotros y por todos los hombres, para el perdón de nuestros pecados.
-El Viernes Santo, los cristianos recordamos, paso a paso, la Pasión y muerte de Jesús. Y ese día también descubrimos lentamente el crucifijo y lo adoramos. Mejor dicho: adoramos a Cristo, Hijo de Dios, que quiso morir por nosotros en esa cruz.
Después recordamos que los amigos de Jesús, cuando lo vieron ya muerto, bajaron su cuerpo de la cruz y lo colocaron en un sepulcro de piedra. (p.28)
Mateo 27, 33-56
La crucifixión y muerte de Jesús
Dibuja la cruz en la que murió Jesús.
Los niños cristianos también podemos recordar, paso a paso, la Pasión y muerte de Jesús. Y si llevamos un crucifijo sobre el pecho, debemos hacerlo con respeto y piedad.
Fue crucificado , muerto y sepultado (p.29)
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