lunes, 13 de julio de 2015

7-TEMA- JESÚS ES EL HIJO ETERNO DE DIOS (Cateq. Bautismal)

Nuestra experiencia

Cuando leemos en los evangelios todos aquellos milagros que Jesús hacía y todas las cosas bellísimas que enseñaba, nos preguntamos: ¿Quién es entonces Jesús?

Nosotros no podríamos dar una respuesta, si Dios mismo no lo hubiera dicho en el evangelio.

Hablemos, pues, un poco sobre Jesús:

-¿Cuáles son los milagros de Jesús que más nos admiran?
-¿Un hombre común y corriente podría hacer tantos milagros?
-¿Dios sí podría hacer todos esos milagros y muchos más?
-¿Cuántas Personas hay en Dios?
-¿Qué pensaban las personas cuando veían los milagros de Jesús?

La Palabra de Dios

-Leamos cómo, en el momento del bautismo de Jesús y en el día de su transfiguración, se oyó una voz en el cielo que decía: "Éste es mi Hijo amado". (Mateo 3, 13-17 y Mateo 17, 1-8)

Explicación del mensaje

-Cuando los apóstoles y muchas otras personas veían los milagros de Jesús, se preguntaban: ¿Quién podrá ser éste hombre que hace cosas tan maravillosas? Dios mismo se encargó de decirles en varias ocasiones: Éste es mi Hijo amado...Jesús, pues, es el Hijo eterno de Dios, porque Dios Padre tiene su Hijo Dios, desde toda la eternidad.

-Éstas cosas son muy difíciles para nosotros, los niños. Y también son difíciles para los grandes porque son cosas de Dios, cosas que los seres humanos no podemos comprender fácilmente. Pero como nosotros somos hijos adoptivos de Dios por el bautismo, tenemos en nuestro corazón algo que nos permite creer y aceptar la Palabra de Dios.

-El día de nuestro bautismo, como nosotros no podíamos hablar todavía, nuestros padres y padrinos, en nuestro nombre dijeron : Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor. Y por eso nos bautizaron: porque creemos que Jesús es el Hijo eterno de Dios. Qué bueno es ahora, ya con nuestras propias voces, decirle a Jesús que creemos en él. (p.20).


Mateo 3,13-17 y 17, 1-8

Éste es mi Hijo amado

Observa los dibujos sobre la Palabra de este tema. Da color al texto.



Este es mi Hijo amado



Desde hace veinte siglos los cristianos rezamos el credo. Vamos a aprenderlo, también nosotros, poco a poco. Y a medida que vayamos aprendiéndolo, lo recitaremos todas las noches.


Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor. (p.21)

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