2-NUESTRO PADRE ESTA EN LOS CIELOS
Nuestra experiencia
Mientras más miramos las cosas que hay en el mundo, más comprendemos el poder y la bondad del que las hizo. Por eso decimos con gusto que creemos en un solo Dios, Padre, creador del cielo y de la tierra.
Pero fijémonos bien en lo que hemos dicho: que Dios es creador del cielo y de la tierra, y que es Padre.
Sí, el creador del cielo y la tierra es también nuestro padre. Hablemos sobre esto:
- ¿Por qué quieres tanto a tu papá?
-¿Por qué sería muy triste no tener papá?
-¿Por qué sería muy bueno tener un papá como Dios?
-¿Desde cuándo somos nosotros "hijos de Dios"?
-¿En qué fecha comenzaste tú a tener a Dios como Padre?
La Palabra de Dios
- Leamos y escuchemos cómo hemos de buscar primero el reino de Dios. (Mateo 6, 25-32)
Explicación del mensaje
- Después de haber hecho todo el mundo, dijo Dios: "Ahora sí, hagamos al hombre". Y Dios hizo a la humanidad con un inmenso cariño. Todo lo que Dios había hecho antes era para los hombres y mujeres. Y Dios estaba feliz de hacernos a nosotros, que somos la más perfecta de todas sus criaturas. Dios nos amaba desde antes de hacernos. Y cuando nos hizo, nos miró con una inmensa ternura.
- Dios nos hizo a los seres humanos inteligentes y capaces de amar. Eso no lo tiene ninguna otra criatura de la tierra. Ni los astros tampoco. El sol y la luna son muy bellos, pero no pueden pensar ni amar. Sólo nosotros, los hombres y mujeres, pensamos y amamos. Y Dios nos hizo así, porque quería también que aprovechemos nuestra inteligencia estudiando mucho.
- Pero Dios no se contentó con eso. Quiso que fuéramos sus hijos. Él quería ser nuestro Padre. Quería llamarnos con ese nombre tan dulce "hijos míos". Y quería que nosotros lo llamáramos "Padre". Y nos dio ese regalo magnífico: ser hijos de Dios. Pensemos que, si Dios hace tantas cosas bellas en el mundo, qué no hará por nosotros que somos sus hijos. (p.8)
Busquen primero el reino de Dios
Dibuja un niño y una niña rodeados de lirios y de aves.
- Fíjense en las aves del cielo; ni siembran ni cosechan ni guardan en graneros, y sin embargo el Padre celestial las alimenta...
Fíjense cómo crecen los lirios del campo; no se fatigan ni tejen;...
Dios la viste así, ¿ qué no hará con ustedes?
Todos los días debemos agradecerte a Dios que nos haya hecho hijos suyos. Guardemos un momento de silencio y digamos a Dios, en nuestro corazón : ¡ Gracias , Padre!
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. (p.9).
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