EXIGENCIAS DE LA PATERNIDAD RESPONSABLE
32 Preparación para ser educadores de los hijos
" Nadie nace educador, sino que se hace."
Nadie nace educador, como nadie nace doctor ni carpintero. Educar es un arte y todo arte hay que aprenderlo.
"No olviden los esposos estos principios elementales y tan urgentes, para sentir toda obligación que tienen de estudiar para aprender el arte de educar a sus hijos. (p.30)
Esto vale para todos, aún para los que no hayan terminado siquiera la primaria, para los que no sepan leer o desde mucho tiempo hayan dejado los libros.
Es preciso estudiar
Hay muchos medios para estudiar y aprender a ser educadores:
- Libros de pedagogía y psicología sencillos y prácticos, orientados a la educación de los hijos en el hogar.
-Revistas para padres de familia. Lamentablemente, se pierde tiempo y dinero en otras lecturas inútiles, cuando no perjudiciales.
-Cursos de especialización que se dedican en todas las ciudades y muchas parroquias.
-Pedir consejos a médicos, sacerdotes, psicólogos o a cualquier persona que tenga experiencia educativa.
-Pensar en su propia vida: en lo que ha ayudado o ha perjudicado la educación de uno mismo para adaptar la experiencia personal a los hijos. (p. 31).
33 Una educación y completa
"Educar es formar la personalidad"
Educar a los hijos no significa solamente enviarlos a un colegio o a una escuela para que estudien, aprendan a leer y escribir o saquen grado.
Educar significa estar pendiente del desarrollo completo de la personalidad en los diversos aspectos que la integran, por ejemplo:
-La formación del carácter. -La iniciación sexual.
-El sentido moral. -El amor y la dedicación del trabajo.
-El sentido del deber. -La preparación al matrimonio.
-La formación y el respeto de la conciencia. -El amor hacia la patria.
-La disciplina y el respeto a la autoridad. -El sentido común.
-El temor de Dios...
34 Dar formación cristiana a los hijos
"Formar auténticos cristianos."
Los recién nacidos, por causa del pecado original, no poseen la vida sobrenatural de hijos de Dios.
Para los cristianos, el día del bautismo constituye un nuevo nacimiento porque reciben, por el sacramento, la gracia que es la Vida Nueva que los hace hijos de Dios.
- Por eso los padres tienen el deber grave de llevar lo más profundo posible a sus hijos al Santo Bautismo.
- Los que tienen fe no pueden dudar de la gravedad de este deber. Los padres que aplazan por mucho tiempo el bautismo de sus hijos, sin causa grave, pecan gravemente.
Cuando un niño está en peligro de muerte, cualquier persona puede bautizarlo echándole agua en la cabeza mientras va diciendo, con la intención de bautizarlo:
"Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
El bautismo es el nacimiento a la Vida de Dios, que debe desarrollarse bajo la orientación de los padres, los cuales, con las palabras y sobre todo con el ejemplo, enseñarán a sus hijos:
-El amor a Dios y al prójimo. -La participación en los sacramentos.
-El odio y el pecado. -Los principales deberes de un cristiano.
-La necesidad de la oración diaria. -La colaboración en el apostolado de la Iglesia, etc.
-El contacto con la Palabra de Dios.
"Los padres son para los hijos los primeros predicadores de la fe y los primeros educadores".(p.32).
viernes, 21 de noviembre de 2014
martes, 11 de noviembre de 2014
LA PATERNIDAD RESPONSABLE
LA PATERNIDAD RESPONSABLE
29 Qué significa "paternidad responsable"
"Los hijos que Dios quiera, pero...¿ cuántos hijos quiere Dios?
"Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio y contribuyen sobremanera al bien de los propios padres".
Tener hijos es uno de los fines del matrimonio y es tan importante que quien, al casarse, pusiera la condición de no tenerlos, haría el matrimonio nulo, es decir, inválido.
Los esposos cristianos dicen: "Tendremos los hijos que Dios quiera", pero ¿ cuántos hijos quiere Dios? La Sagrada Escritura afirma: "Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra". (Génesis).
Entonces, ¿mientras más numerosa sea la prole mejor se cumple este precepto? Entonces, ¿será más cristiana la pareja que tenga más hijos?
Es necesario interpretar rectamente éste mandato de Dios. Sería grave error considerarlo solamente desde el punto de vista cuantitativo, es decir, del número de hijos.
Dios ha dado a los seres humanos inteligencia y voluntad para que se orienten en la vida con su propia conciencia. A una pareja formada por personas inteligentes y libres, y no a una máquina irracional, se dirigió Dios al decir: "Sed fecundos y multiplicaos". (p.27).
Este mandato de Dios no se refiere tanto a la cantidad de hijos sino a responsabilidad de los padres:
-Dios pide a las parejas, con esas palabras lo que, en expresión moderna, llamamos la "paternidad responsable" .
-Dios quiere que los esposos den a su propia vida y al hogar una organización racional y cristiana.
-Dios seguramente no manda tener más hijos cuando esto se constituye peligro para la salud de la madre y, por consiguiente, compromete la educación de los ya nacidos.
-Dios no obliga la procreación a los esposos que no tienen con qué vestir los hijos ni de qué nutrirlos ni casa donde alojarlos.
-Dios no quiere que la esposa quede en embarazo cada año, acabando así sus energías, indispensables para la educación de los hijos que ya tiene.
En una palabra, es lo que el Concilio Ecuménico Vaticano II llama repetidas veces, paternidad responsable".
La misión de los esposos no es únicamente transmitir la vida en un sentido físico, sino también procurar las condiciones ideales para que esa vida que van a transmitir pueda desarrollarse debidamente, según conviene a la dignidad de la persona humana y de hijos de Dios.
30 Planeación de la familia
"Planear mejor para amar más".
Como consecuencia de lo anterior, la Iglesia no se opone, contrariamente a cuantos muchos afirman, a la planeación de la familia y a la regulación de la natalidad, pero afirma enfáticamente ciertos principios :
-Que esta planeación se haga para realizar una paternidad responsable en bien de los hijos y del hogar y no sea fruto del egoísmo de los esposos.
-Que no se considere la limitación de los hijos como el único o el principal medio para la solución de los problemas actuales de la familia y de la sociedad, descuidando, por ejemplo, la redistribución de las riquezas y la justicia social, la moralización de la familia y el control de la sexualidad.
-Que al elegir los medios que permitan limitar el número de los hijos , se tengan en cuenta los criterios morales y no sólo los económicos, científicos y hedonísticos.
31 El problema de los métodos
"No es lícito hacer el mal para conseguir el bien."
Hay que cuidar dos aspectos de la vida íntima de un hogar: no cometer nunca pecados y tampoco crear una situación crítica para la salud o la educación.
Parece un problema sin solución; sin embargo, la solución existe siguiendo estas normas:
1. Los esposos no deben seguir ciegamente el deseo sexual; para ellos muchas veces la abstinencia es un deber. El instinto debe ser controlado por la inteligencia y la voluntad. La educación del instinto sexual es sumamente necesaria y se debe realizar desde antes de casarse.
2. Cuando lo exige la paternidad responsable, los esposos pueden evitar el embarazo sin dejar de disfrutar la intimidad del matrimonio.
Para lograrlo, no deben usar métodos contrarios a las leyes naturales de la sexualidad o a la dignidad humana o, mucho menos, al mismo derecho de la vida. ( Encíclica sobre 2la vida humana" 13 y 14).
Los métodos más respetuosos de la naturaleza ( métodos naturales) se basan sobre la fisiología reproductiva de la mujer.
Cada mujer, por su propia naturaleza, a lo largo de su ciclo menstrual, es fecunda unos pocos días y estéril los demás días.
Los llamados "métodos naturales" (véase la Séptima parte) para regular la natalidad, identifican los días fecundos y estériles.
-Los esposos que necesitan evitar la concepción , llevan a cabo su relación sexual en los días estériles y la evitan en los días fecundos.
-Acerca de cómo se pueden determinar los períodos estériles y fecundos, existen varias técnicas que tienen en cuenta las reglas mensuales de la mujer, la temperatura basal del cuerpo y otras señales especiales, como la secreción cervical. (p.29).
- La explicación de tales técnicas y su aplicación práctica necesitan siempre la orientación de una persona competente.
Es permitido a los esposos el empleo de ciertos métodos terapéuticos, como las "píldoras anovulatorias", para curar enfermedades o trastornos físicos y psicológicos, según prescripción del médico, aún en el caso que dichas drogas impidan, como efecto secundario, la fecundación, durante el tratamiento.
Así lo enseña la encíclica sobre "la vida humana" en el número 15.
En éste problema delicado de los "métodos" para la planificación de la familia es oportuno tener presentes las siguientes orientaciones:
1. Los llamados "métodos artificiales" pueden ser abortivos o no abortivos. Son abortivos cuando actúan sobre el óvulo ya fecundado y lo matan. No son abortivos cuando impiden el encuentro con el espermatozoide con el óvulo y la consiguiente fecundación de este.
2. El uso de los "métodos artificiales" en la planificación familiar es siempre un desorden moral quebranta "la inseparable conexión que Dios ha querido, y que el hombre no puede romper por propia iniciativa, entre los dos significados del acto conyugal: el significado unitivo y el significado procreador".
3. A pesar de esto, es evidente que los métodos artificiales "abortivos" son un mal moral mucho más grave que los "no abortivos" porque no respetan la vida humana.
4. Pueden presentarse casos concretos en los cuales la pareja se encuentra sin saber qué hacer, a pesar de su buena voluntad de respetar la Ley de Dios. En tales casos es necesario consultar con el confesor, un sacerdote o con un "consejero matrimonial" que se inspire en los principios de la moral cristiana.
5. Detenidos estudios recientes en materia de "métodos artificiales" han permitido, no solamente asegurar un alto grado de eficacia de dichos métodos, sino también descubrir nuevas técnicas para para detectar los períodos estériles y fecundos de mujer. Por ejemplo, el llamado "método Billings", cuya sencillez, practicidad y eficacia lo hacen recomendable, se está imponiendo en el mundo entero". (p.30)
29 Qué significa "paternidad responsable"
"Los hijos que Dios quiera, pero...¿ cuántos hijos quiere Dios?
"Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio y contribuyen sobremanera al bien de los propios padres".
Tener hijos es uno de los fines del matrimonio y es tan importante que quien, al casarse, pusiera la condición de no tenerlos, haría el matrimonio nulo, es decir, inválido.
Los esposos cristianos dicen: "Tendremos los hijos que Dios quiera", pero ¿ cuántos hijos quiere Dios? La Sagrada Escritura afirma: "Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra". (Génesis).
Entonces, ¿mientras más numerosa sea la prole mejor se cumple este precepto? Entonces, ¿será más cristiana la pareja que tenga más hijos?
Es necesario interpretar rectamente éste mandato de Dios. Sería grave error considerarlo solamente desde el punto de vista cuantitativo, es decir, del número de hijos.
Dios ha dado a los seres humanos inteligencia y voluntad para que se orienten en la vida con su propia conciencia. A una pareja formada por personas inteligentes y libres, y no a una máquina irracional, se dirigió Dios al decir: "Sed fecundos y multiplicaos". (p.27).
Este mandato de Dios no se refiere tanto a la cantidad de hijos sino a responsabilidad de los padres:
-Dios pide a las parejas, con esas palabras lo que, en expresión moderna, llamamos la "paternidad responsable" .
-Dios quiere que los esposos den a su propia vida y al hogar una organización racional y cristiana.
-Dios seguramente no manda tener más hijos cuando esto se constituye peligro para la salud de la madre y, por consiguiente, compromete la educación de los ya nacidos.
-Dios no obliga la procreación a los esposos que no tienen con qué vestir los hijos ni de qué nutrirlos ni casa donde alojarlos.
-Dios no quiere que la esposa quede en embarazo cada año, acabando así sus energías, indispensables para la educación de los hijos que ya tiene.
En una palabra, es lo que el Concilio Ecuménico Vaticano II llama repetidas veces, paternidad responsable".
La misión de los esposos no es únicamente transmitir la vida en un sentido físico, sino también procurar las condiciones ideales para que esa vida que van a transmitir pueda desarrollarse debidamente, según conviene a la dignidad de la persona humana y de hijos de Dios.
30 Planeación de la familia
"Planear mejor para amar más".
Como consecuencia de lo anterior, la Iglesia no se opone, contrariamente a cuantos muchos afirman, a la planeación de la familia y a la regulación de la natalidad, pero afirma enfáticamente ciertos principios :
-Que esta planeación se haga para realizar una paternidad responsable en bien de los hijos y del hogar y no sea fruto del egoísmo de los esposos.
-Que no se considere la limitación de los hijos como el único o el principal medio para la solución de los problemas actuales de la familia y de la sociedad, descuidando, por ejemplo, la redistribución de las riquezas y la justicia social, la moralización de la familia y el control de la sexualidad.
-Que al elegir los medios que permitan limitar el número de los hijos , se tengan en cuenta los criterios morales y no sólo los económicos, científicos y hedonísticos.
31 El problema de los métodos
"No es lícito hacer el mal para conseguir el bien."
Hay que cuidar dos aspectos de la vida íntima de un hogar: no cometer nunca pecados y tampoco crear una situación crítica para la salud o la educación.
Parece un problema sin solución; sin embargo, la solución existe siguiendo estas normas:
1. Los esposos no deben seguir ciegamente el deseo sexual; para ellos muchas veces la abstinencia es un deber. El instinto debe ser controlado por la inteligencia y la voluntad. La educación del instinto sexual es sumamente necesaria y se debe realizar desde antes de casarse.
2. Cuando lo exige la paternidad responsable, los esposos pueden evitar el embarazo sin dejar de disfrutar la intimidad del matrimonio.
Para lograrlo, no deben usar métodos contrarios a las leyes naturales de la sexualidad o a la dignidad humana o, mucho menos, al mismo derecho de la vida. ( Encíclica sobre 2la vida humana" 13 y 14).
Los métodos más respetuosos de la naturaleza ( métodos naturales) se basan sobre la fisiología reproductiva de la mujer.
Cada mujer, por su propia naturaleza, a lo largo de su ciclo menstrual, es fecunda unos pocos días y estéril los demás días.
Los llamados "métodos naturales" (véase la Séptima parte) para regular la natalidad, identifican los días fecundos y estériles.
-Los esposos que necesitan evitar la concepción , llevan a cabo su relación sexual en los días estériles y la evitan en los días fecundos.
-Acerca de cómo se pueden determinar los períodos estériles y fecundos, existen varias técnicas que tienen en cuenta las reglas mensuales de la mujer, la temperatura basal del cuerpo y otras señales especiales, como la secreción cervical. (p.29).
- La explicación de tales técnicas y su aplicación práctica necesitan siempre la orientación de una persona competente.
Es permitido a los esposos el empleo de ciertos métodos terapéuticos, como las "píldoras anovulatorias", para curar enfermedades o trastornos físicos y psicológicos, según prescripción del médico, aún en el caso que dichas drogas impidan, como efecto secundario, la fecundación, durante el tratamiento.
Así lo enseña la encíclica sobre "la vida humana" en el número 15.
En éste problema delicado de los "métodos" para la planificación de la familia es oportuno tener presentes las siguientes orientaciones:
1. Los llamados "métodos artificiales" pueden ser abortivos o no abortivos. Son abortivos cuando actúan sobre el óvulo ya fecundado y lo matan. No son abortivos cuando impiden el encuentro con el espermatozoide con el óvulo y la consiguiente fecundación de este.
2. El uso de los "métodos artificiales" en la planificación familiar es siempre un desorden moral quebranta "la inseparable conexión que Dios ha querido, y que el hombre no puede romper por propia iniciativa, entre los dos significados del acto conyugal: el significado unitivo y el significado procreador".
3. A pesar de esto, es evidente que los métodos artificiales "abortivos" son un mal moral mucho más grave que los "no abortivos" porque no respetan la vida humana.
4. Pueden presentarse casos concretos en los cuales la pareja se encuentra sin saber qué hacer, a pesar de su buena voluntad de respetar la Ley de Dios. En tales casos es necesario consultar con el confesor, un sacerdote o con un "consejero matrimonial" que se inspire en los principios de la moral cristiana.
5. Detenidos estudios recientes en materia de "métodos artificiales" han permitido, no solamente asegurar un alto grado de eficacia de dichos métodos, sino también descubrir nuevas técnicas para para detectar los períodos estériles y fecundos de mujer. Por ejemplo, el llamado "método Billings", cuya sencillez, practicidad y eficacia lo hacen recomendable, se está imponiendo en el mundo entero". (p.30)
3 PARTE: PARTES RESPONSABLES
3 PARTES : PADRES RESPONSABLES
"La misión del matrimonio: transmitir la vida ".
LA PATERNIDAD RESPONSABLE
29 Qué significa "paternidad responsable"
30 Planeación de la familia
31 El problema de los métodos
EXIGENCIAS DE LA PATERNIDAD RESPONSABLE
32 Preparación para ser educadores de los hijos
33 Una educación adecuada y completa
34 Dar formación cristiana a los hijos
Dios ha dado a los hombres inteligencia y voluntad para que se oriente en la vida con su propia conciencia. A una pareja formada por personas inteligentes y libres, y no a una máquina irracional, se dirigió Dios al decir:
-Sede fecundos y multiplicaos.
El papa Pablo VI invitaba a los padres cristianos en su encíclica de Humanae Vitae a ejercer la paternidad responsable. Éstos están llamados a discernir con una conciencia recta el´número de sus hijos, quedando siempre abiertos a los planes de Dios. La encíclica lo dice así:
"En relación con las condiciones físicas, económicas, psicológicas y sociales, la paternidad responsable se pone en práctica, ya sea con la deliberación de tener una familia numerosa, ya sea con la decisión, tomada por graves motivos y en el respeto a la ley moral, de evitar un nuevo nacimiento durante algún tiempo o por tiempo indefinido". (p.26)
"La misión del matrimonio: transmitir la vida ".
LA PATERNIDAD RESPONSABLE
29 Qué significa "paternidad responsable"
30 Planeación de la familia
31 El problema de los métodos
EXIGENCIAS DE LA PATERNIDAD RESPONSABLE
32 Preparación para ser educadores de los hijos
33 Una educación adecuada y completa
34 Dar formación cristiana a los hijos
Dios ha dado a los hombres inteligencia y voluntad para que se oriente en la vida con su propia conciencia. A una pareja formada por personas inteligentes y libres, y no a una máquina irracional, se dirigió Dios al decir:
-Sede fecundos y multiplicaos.
El papa Pablo VI invitaba a los padres cristianos en su encíclica de Humanae Vitae a ejercer la paternidad responsable. Éstos están llamados a discernir con una conciencia recta el´número de sus hijos, quedando siempre abiertos a los planes de Dios. La encíclica lo dice así:
"En relación con las condiciones físicas, económicas, psicológicas y sociales, la paternidad responsable se pone en práctica, ya sea con la deliberación de tener una familia numerosa, ya sea con la decisión, tomada por graves motivos y en el respeto a la ley moral, de evitar un nuevo nacimiento durante algún tiempo o por tiempo indefinido". (p.26)
lunes, 10 de noviembre de 2014
PECADOS CONTRA LAS CARACTERISTICAS DEL MATRIMONIO CATOLICO
Pecados contra las características del matrimonio católico
26 El adulterio
"No hay nada tan repugnante como la traición del amor"
Cometen el pecado de adulterio los esposos que tienen relaciones sexuales con personas distintas a su propio cónyuge.
Este pecado puede ser cometido también con mero deseo o pensamiento consentido. Claro está que esta completa fidelidad tienen que respetarla tanto el esposo como la esposa. Hay que dejar la falsa idea de que el adulterio del esposo es menos grave que el de la esposa: los dos tienen la misma obligación ante su propia conciencia y ante Dios. (p.23)
El adulterio es un pecado gravísimo contra la justicia y la caridad: es la traición del amor y es causa de males incalculables para los hogares, aun cuando nadie se dé cuenta y no haya escándalo público.
El pecado que entra en el hogar, aunque escondido, afecta profundamente toda la familia.
22 El divorcio
"El divorcio es una falsedad"
Mientras viva el cónyuge, no es permitido contraer otro matrimonio aún cuando, por legítimas causas, los esposos se hayan separado, porque como hemos visto antes, el amor por su naturaleza pide una entrega total y definitiva y además Cristo ha mandado :
"No separe el hombre lo que Dios ha unido." (Marcos 10,9)
Por eso los esposos, aunque pretendan anular el vínculo matrimonial, de hecho no lo anulan: delante de Dios permanecen esposos y cometen el pecado de divorcio.
En ciertos países las leyes civiles permiten el divorcio y lo legalizan; pero es un abuso de autoridad civil, la cual no debería nunca contradecir los principios naturales, ni lo que Dios ha mandado positivamente por medio de Cristo.
Por consiguiente, el divorcio es un gravísimo pecado y es también una falsedad porque da por disuelto un vínculo que nadie puede romper.
Esta exclusión absoluta del divorcio, además de ser una exigencia del verdadero amor y del sacramento, es también la garantía más segura para la estabilidad de la familia.
28 La separación injustificada
"El egoísmo es enemigo de la unidad."
Hay una separación legal que puede ser necesaria en casos graves, sobre todo para el bien de los hijos (vida escandalosa de uno de los esposos, violencias morales y materiales, depravación moral...)
Fuera de estos casos especiales, los esposos tienen la obligación de vivir juntos en el mismo hogar para atender la educación de los hijos que necesitan la presencia continua de los padres y para ayudarse mutuamente en las dificultades de la vida.
Abandonar el hogar para llevar una vida más libre o también por una desenfrenada ambición de dinero o por motivos que comprometen la buena marcha del hogar, es un pecado y una gran falta de responsabilidad con la familia y la misma sociedad. (p.24).
26 El adulterio
"No hay nada tan repugnante como la traición del amor"
Cometen el pecado de adulterio los esposos que tienen relaciones sexuales con personas distintas a su propio cónyuge.
Este pecado puede ser cometido también con mero deseo o pensamiento consentido. Claro está que esta completa fidelidad tienen que respetarla tanto el esposo como la esposa. Hay que dejar la falsa idea de que el adulterio del esposo es menos grave que el de la esposa: los dos tienen la misma obligación ante su propia conciencia y ante Dios. (p.23)
El adulterio es un pecado gravísimo contra la justicia y la caridad: es la traición del amor y es causa de males incalculables para los hogares, aun cuando nadie se dé cuenta y no haya escándalo público.
El pecado que entra en el hogar, aunque escondido, afecta profundamente toda la familia.
22 El divorcio
"El divorcio es una falsedad"
Mientras viva el cónyuge, no es permitido contraer otro matrimonio aún cuando, por legítimas causas, los esposos se hayan separado, porque como hemos visto antes, el amor por su naturaleza pide una entrega total y definitiva y además Cristo ha mandado :
"No separe el hombre lo que Dios ha unido." (Marcos 10,9)
Por eso los esposos, aunque pretendan anular el vínculo matrimonial, de hecho no lo anulan: delante de Dios permanecen esposos y cometen el pecado de divorcio.
En ciertos países las leyes civiles permiten el divorcio y lo legalizan; pero es un abuso de autoridad civil, la cual no debería nunca contradecir los principios naturales, ni lo que Dios ha mandado positivamente por medio de Cristo.
Por consiguiente, el divorcio es un gravísimo pecado y es también una falsedad porque da por disuelto un vínculo que nadie puede romper.
Esta exclusión absoluta del divorcio, además de ser una exigencia del verdadero amor y del sacramento, es también la garantía más segura para la estabilidad de la familia.
28 La separación injustificada
"El egoísmo es enemigo de la unidad."
Hay una separación legal que puede ser necesaria en casos graves, sobre todo para el bien de los hijos (vida escandalosa de uno de los esposos, violencias morales y materiales, depravación moral...)
Fuera de estos casos especiales, los esposos tienen la obligación de vivir juntos en el mismo hogar para atender la educación de los hijos que necesitan la presencia continua de los padres y para ayudarse mutuamente en las dificultades de la vida.
Abandonar el hogar para llevar una vida más libre o también por una desenfrenada ambición de dinero o por motivos que comprometen la buena marcha del hogar, es un pecado y una gran falta de responsabilidad con la familia y la misma sociedad. (p.24).
CARACTERISTICAS ESENCIALES DEL MATRIMONIO CATOLICO
Características esenciales del matrimonio Católico
23 La Unidad
"Uno para el otro, para toda la vida."
"Unidad" quiere decir que el esposo hace el don total de sí mismo a una sola mujer y la esposa se entrega a un solo hombre, totalmente.
Este compromiso vincula a los dos, hombre y mujer; no hay motivo ninguno para pensar que el hombre, por ser hombre, puede permitirse tener relaciones con varias mujeres. (p.22)
24 La indisolubilidad
"No separe el hombre lo que Dios ha unido".
Un día los judíos preguntaron a Jesús su parecer acerca del repudio de la esposa y Jesús contestó claramente: " No separe el hombre lo que Dios ha unido" (Mc. 10,9).
Por lo tanto no hay ninguna ley o autoridad humana que pueda destruir la unión aceptada libre y conscientemente por los esposos y consagrada por Dios como sacramento.
Además, esta unión tampoco puede ser destruida por la voluntad misma de los esposos, pues, esa indisolubilidad no puede quedar sometida a la libre opción de ellos mismos, porque está establecida por una clara voluntad de Dios que se manifiesta en la misma naturaleza del amor y en las enseñanzas del Evangelio.
25 Don total y libre
"No se case quien no sabe ser generoso".
Es de suma importancia considerar estas propiedades esenciales de matrimonio, no como algo que quita la libertad, como una obligación que impone a los esposos cargas insoportables, sino como la exigencia más natural y apremiante del amor conyugal, que pide un don total y exclusivo del uno al otro y de ambos a los hijos.
De hecho, los novios no tienen duda de que su amor será "único y eterno": nadie se casaría con quien no dé esa garantía de estabilidad.
Por consiguiente, el matrimonio no puede fundarse sino sobre esta manera natural de considerar el amor.
Además, el matrimonio cristiano, sacramento, según el Apóstol san Pablo, debe ser signo viviente del amor de Cristo por la Iglesia, un amor ciertamente perfecto, total, absolutamente fiel y eterno.
¿Cómo podría, un amor conyugal infiel y provisional ser signo del amor de Cristo por la Iglesia? (p.23)
23 La Unidad
"Uno para el otro, para toda la vida."
"Unidad" quiere decir que el esposo hace el don total de sí mismo a una sola mujer y la esposa se entrega a un solo hombre, totalmente.
Este compromiso vincula a los dos, hombre y mujer; no hay motivo ninguno para pensar que el hombre, por ser hombre, puede permitirse tener relaciones con varias mujeres. (p.22)
24 La indisolubilidad
"No separe el hombre lo que Dios ha unido".
Un día los judíos preguntaron a Jesús su parecer acerca del repudio de la esposa y Jesús contestó claramente: " No separe el hombre lo que Dios ha unido" (Mc. 10,9).
Por lo tanto no hay ninguna ley o autoridad humana que pueda destruir la unión aceptada libre y conscientemente por los esposos y consagrada por Dios como sacramento.
Además, esta unión tampoco puede ser destruida por la voluntad misma de los esposos, pues, esa indisolubilidad no puede quedar sometida a la libre opción de ellos mismos, porque está establecida por una clara voluntad de Dios que se manifiesta en la misma naturaleza del amor y en las enseñanzas del Evangelio.
25 Don total y libre
"No se case quien no sabe ser generoso".
Es de suma importancia considerar estas propiedades esenciales de matrimonio, no como algo que quita la libertad, como una obligación que impone a los esposos cargas insoportables, sino como la exigencia más natural y apremiante del amor conyugal, que pide un don total y exclusivo del uno al otro y de ambos a los hijos.
De hecho, los novios no tienen duda de que su amor será "único y eterno": nadie se casaría con quien no dé esa garantía de estabilidad.
Por consiguiente, el matrimonio no puede fundarse sino sobre esta manera natural de considerar el amor.
Además, el matrimonio cristiano, sacramento, según el Apóstol san Pablo, debe ser signo viviente del amor de Cristo por la Iglesia, un amor ciertamente perfecto, total, absolutamente fiel y eterno.
¿Cómo podría, un amor conyugal infiel y provisional ser signo del amor de Cristo por la Iglesia? (p.23)
viernes, 7 de noviembre de 2014
PECADOS CONTRA LOS FINES DEL MATRIMONIO
PECADOS CONTRA LOS FINES DEL MATRIMONIO
19 Rechazo a la vida
"El triunfo del egoísmo"
El amor de los esposos está orientado, por su misma naturaleza, a ser fecundo de nuevas vidas en una maravillosa colaboración con Dios Creador.
La actitud egoísta de aquellos esposos que consideran a los hijos como una carga pesada y rehúsan transmitir la vida para estar tranquilos y sin problemas, es, sin lugar a dudas, un grave pecado, cualquiera que sea el medio que ellos empleen para evitar la procreación.
20 El aborto
"No hay crimen más grande".
Es un verdadero crimen el que cometen los esposos que interrumpen el embarazo, cualquiera que sea el método usado, matando la vida en formación.
No es difícil darse cuenta de la monstruosidad de este pecado, al reflexionar sobre las circunstancias: Se trata de:
-Matar a una criatura inocente que no tiene ninguna posibilidad de defensa.
-Matar a un hijo que el Dios mismo ha concedido a los esposos, para que lo cuidaran con cariño (p.20).
-Interrumpir una vida sin borrar, con el bautismo, el pecado original.
Además, muchas veces el aborto constituye un serio peligro para la madre y siempre quita la paz del corazón dejando en la conciencia un remordimiento que no se olvidará jamás:
"He asesinado un hijo".
La Iglesia castiga este pecado con especial severidad; los que lo hayan cometido quedan excomulgados y no pueden recibir absolución en la confesión si no es dada por el obispo o por un sacerdote con facultades especiales para el caso. (p.21)
21 La falta de preparación
"Que nadie se case sin prepararse adecuadamente"
Ya que el matrimonio impone deberes tan graves, nadie debe casarse sin la conveniente preparación.
Casarse sin la suficiente preparación no constituye solamente una auténtica locura, sino que es también un verdadero pecado y una gran falta de responsabilidad.
- Preparación remota
Una preparación mínima indispensable debe abarcar los siguientes aspectos:
-Preparación moral y religiosa
Conocimiento de las principales verdades de la fe y de los deberes del matrimonio cristiano.
-Preparación intelectual y física:
Desarrollo integral de la personalidad en sus aspectos físicos, psicológicos y culturales.
-Preparación educativa:
Conocimiento de los principios fundamentales para educar a los hijos.
Preparación económica :
Un trabajo que pueda garantizar el sustento y la seguridad económica de la familia; conocimientos fundamentales para la administración de un hogar.
La falta de preparación es una de las fallas más frecuentes y lo peor es que pocos se dan cuenta de ello.
Mientras tanto, los matrimonios fracasan y escasean quienes sepan educar a los hijos. ¿Esto por qué?
Ante todo, por el afán de buscar novio o casarse pronto, que tiene locas a las muchachas y, muchas veces, también a las mamás. Además por el convencimiento que muchos tienen de que la experiencia y el instinto natural son suficientes para ser un buen esposo y un buen educador. No hay error más grave.
Otra causa de los fracasos es la superficialidad: se consideran en el matrimonio los aspectos agradables y se olvidan de los compromisos y sacrificios.
-Preparación inmediata
Además de esta preparación remota, que necesita muchos años o por lo menos todo el noviazgo, los que quieren contraer matrimonio deben realizar una preparación inmediata en las últimas semanas.(p.21).
Deben aumentar mucho sus oraciones, confesarse y comulgar frecuentemente, estudiar las verdades de la fe y los deberes propios de los esposos, cuidar con diligencia la castidad del cuerpo y la pureza del pensamiento.
Es una costumbre completamente contraria a la adecuada preparación espiritual al matrimonio la de dejar la confesión para el último momento.
Los que tienen un verdadero espíritu cristiano, durante los últimos días antes de casarse examinan su vida para hacer una confesión general, lo que es muy recomendable.
22 El materialismo
"El matrimonio no es mera sensualidad".
Los esposos que consideran el matrimonio como la legalización de todos los actos más sensuales, cometen un grave error, porque el instinto sexual, a causa de los abusos, lejos de calmarse, se hace más exigente.
Muchos hogares ha dañado el materialismo de aquellos maridos que no saben ver en las esposas otra cosa que instrumentos de pasión. Cuán lejos se encuentran ellos de una verdadera comprensión del matrimonio cristiano que exige, en la vida de los esposos, una integración de valores espirituales y divinos, tales como el amor a Dios, la oración, la lucha contra el pecado, la conciencia del llamado de Dios, la fe en Cristo Salvador, la Vida Eterna, el valor del sacrificio, etc. (p.22)
19 Rechazo a la vida
"El triunfo del egoísmo"
El amor de los esposos está orientado, por su misma naturaleza, a ser fecundo de nuevas vidas en una maravillosa colaboración con Dios Creador.
La actitud egoísta de aquellos esposos que consideran a los hijos como una carga pesada y rehúsan transmitir la vida para estar tranquilos y sin problemas, es, sin lugar a dudas, un grave pecado, cualquiera que sea el medio que ellos empleen para evitar la procreación.
20 El aborto
"No hay crimen más grande".
Es un verdadero crimen el que cometen los esposos que interrumpen el embarazo, cualquiera que sea el método usado, matando la vida en formación.
No es difícil darse cuenta de la monstruosidad de este pecado, al reflexionar sobre las circunstancias: Se trata de:
-Matar a una criatura inocente que no tiene ninguna posibilidad de defensa.
-Matar a un hijo que el Dios mismo ha concedido a los esposos, para que lo cuidaran con cariño (p.20).
-Interrumpir una vida sin borrar, con el bautismo, el pecado original.
Además, muchas veces el aborto constituye un serio peligro para la madre y siempre quita la paz del corazón dejando en la conciencia un remordimiento que no se olvidará jamás:
"He asesinado un hijo".
La Iglesia castiga este pecado con especial severidad; los que lo hayan cometido quedan excomulgados y no pueden recibir absolución en la confesión si no es dada por el obispo o por un sacerdote con facultades especiales para el caso. (p.21)
21 La falta de preparación
"Que nadie se case sin prepararse adecuadamente"
Ya que el matrimonio impone deberes tan graves, nadie debe casarse sin la conveniente preparación.
Casarse sin la suficiente preparación no constituye solamente una auténtica locura, sino que es también un verdadero pecado y una gran falta de responsabilidad.
- Preparación remota
Una preparación mínima indispensable debe abarcar los siguientes aspectos:
-Preparación moral y religiosa
Conocimiento de las principales verdades de la fe y de los deberes del matrimonio cristiano.
-Preparación intelectual y física:
Desarrollo integral de la personalidad en sus aspectos físicos, psicológicos y culturales.
-Preparación educativa:
Conocimiento de los principios fundamentales para educar a los hijos.
Preparación económica :
Un trabajo que pueda garantizar el sustento y la seguridad económica de la familia; conocimientos fundamentales para la administración de un hogar.
La falta de preparación es una de las fallas más frecuentes y lo peor es que pocos se dan cuenta de ello.
Mientras tanto, los matrimonios fracasan y escasean quienes sepan educar a los hijos. ¿Esto por qué?
Ante todo, por el afán de buscar novio o casarse pronto, que tiene locas a las muchachas y, muchas veces, también a las mamás. Además por el convencimiento que muchos tienen de que la experiencia y el instinto natural son suficientes para ser un buen esposo y un buen educador. No hay error más grave.
Otra causa de los fracasos es la superficialidad: se consideran en el matrimonio los aspectos agradables y se olvidan de los compromisos y sacrificios.
-Preparación inmediata
Además de esta preparación remota, que necesita muchos años o por lo menos todo el noviazgo, los que quieren contraer matrimonio deben realizar una preparación inmediata en las últimas semanas.(p.21).
Deben aumentar mucho sus oraciones, confesarse y comulgar frecuentemente, estudiar las verdades de la fe y los deberes propios de los esposos, cuidar con diligencia la castidad del cuerpo y la pureza del pensamiento.
Es una costumbre completamente contraria a la adecuada preparación espiritual al matrimonio la de dejar la confesión para el último momento.
Los que tienen un verdadero espíritu cristiano, durante los últimos días antes de casarse examinan su vida para hacer una confesión general, lo que es muy recomendable.
22 El materialismo
"El matrimonio no es mera sensualidad".
Los esposos que consideran el matrimonio como la legalización de todos los actos más sensuales, cometen un grave error, porque el instinto sexual, a causa de los abusos, lejos de calmarse, se hace más exigente.
Muchos hogares ha dañado el materialismo de aquellos maridos que no saben ver en las esposas otra cosa que instrumentos de pasión. Cuán lejos se encuentran ellos de una verdadera comprensión del matrimonio cristiano que exige, en la vida de los esposos, una integración de valores espirituales y divinos, tales como el amor a Dios, la oración, la lucha contra el pecado, la conciencia del llamado de Dios, la fe en Cristo Salvador, la Vida Eterna, el valor del sacrificio, etc. (p.22)
LOS FINES DEL MATRIMONIO
17 Por el amor a los esposos se complementan y se ayudan mutuamente
"Serán dos en una sola carne".
El matrimonio exige a los esposos generosidad, en el sentido que deben gastar sus energías físicas y morales no para un interés egoísta, sino para el bien de los hijos.
Pero el matrimonio ha sido instituido también para el bien de los esposos en dos sentidos :
-Primero: El hombre y la mujer , en el matrimonio se complementan el uno al otro y se ayudan mutuamente para perfeccionar su personalidad y para superar las dificultades de la vida.
-Segundo: La intimidad física permite una satisfacción legítima de los deseos sexuales y sobretodo una sublimación de los mismos, por la cual, dejando de ser una mera manifestación de la carne, llegan a ser un signo de donación completa de amor auténtico...
Los esposos se complementan de tal forma que logran realizar esa "íntima comunidad conyugal de vida y de amor", de la cual habla el Concilio Vaticano II (Gaudium et Spes 48).
(p.19)
18 Por el amor los esposos se acercan juntos a Dios
"Caminar juntos hacia Dios"
Palabras del Concilio Vaticano II:
" Cristo Nuestro Señor bendijo abundantemente este amor multiforme de los esposos...; además permanece con ellos...para que se amen con perfecta fidelidad..., y para conducirlos eficazmente a Dios..., de tal manera que lleguen cada vez más a su propia perfección y a su mutua satisfacción y por lo tanto conjuntamente, a la glorificación de Dios" (Gaudium et Spes 48).
El amor de los esposos no se conforma con simples objetivos terrenales y humanos como tener familia, complementarse, ser felices, progresar económicamente, superarse, etc.
Los dos esposos se ayudan recíprocamente:
-A amar y servir a Dios de todo corazón cada día mejor.
-A practicar la vida cristiana, especialmente en la caridad con el prójimo.
-A lograr la salvación eterna.
(p.20)
"Serán dos en una sola carne".
El matrimonio exige a los esposos generosidad, en el sentido que deben gastar sus energías físicas y morales no para un interés egoísta, sino para el bien de los hijos.
Pero el matrimonio ha sido instituido también para el bien de los esposos en dos sentidos :
-Primero: El hombre y la mujer , en el matrimonio se complementan el uno al otro y se ayudan mutuamente para perfeccionar su personalidad y para superar las dificultades de la vida.
-Segundo: La intimidad física permite una satisfacción legítima de los deseos sexuales y sobretodo una sublimación de los mismos, por la cual, dejando de ser una mera manifestación de la carne, llegan a ser un signo de donación completa de amor auténtico...
Los esposos se complementan de tal forma que logran realizar esa "íntima comunidad conyugal de vida y de amor", de la cual habla el Concilio Vaticano II (Gaudium et Spes 48).
(p.19)
18 Por el amor los esposos se acercan juntos a Dios
"Caminar juntos hacia Dios"
Palabras del Concilio Vaticano II:
" Cristo Nuestro Señor bendijo abundantemente este amor multiforme de los esposos...; además permanece con ellos...para que se amen con perfecta fidelidad..., y para conducirlos eficazmente a Dios..., de tal manera que lleguen cada vez más a su propia perfección y a su mutua satisfacción y por lo tanto conjuntamente, a la glorificación de Dios" (Gaudium et Spes 48).
El amor de los esposos no se conforma con simples objetivos terrenales y humanos como tener familia, complementarse, ser felices, progresar económicamente, superarse, etc.
Los dos esposos se ayudan recíprocamente:
-A amar y servir a Dios de todo corazón cada día mejor.
-A practicar la vida cristiana, especialmente en la caridad con el prójimo.
-A lograr la salvación eterna.
(p.20)
martes, 4 de noviembre de 2014
EFECTOS DEL MATRIMONIO EN CUANTO SACRAMENTO
13 El matrimonio aumenta la gracia santificante
"El sacramento del matrimonio fortalece la vida sobrenatural"
Cada uno de los siete sacramentos ha sido instituido por Cristo para comunicar a los hombres la gracia santificante, es decir, la vida Sobrenatural Divina que nos hace Hijos de Dios y herederos del paraíso.
El bautismo hace renacer esa vida nueva; la confesión la devuelve a los que, por el pecado, la hayan perdido; los demás sacramentos aumentan y fortalecen la gracia en los que ya la tienen.
Por esto los que van a recibir el sacramento del matrimonio, deben poseer la gracia santificante, la cual quedará fortalecida por efecto del sacramento.
Lógicamente, quien reciba el matrimonio en estado de pecado mortal no está en capacidad de recibir el aumento de la Vida Divina porque ni siquiera la posee.
Además, comete una gran falta de respeto al sacramento mismo, aunque, claro está, queda válido el matrimonio como "contrato y compromiso recíproco". Esta falta de respeto constituye un verdadero "sacrilegio".
Por eso, para poder aprovechar totalmente la gracia del matrimonio, es conveniente purificarse con una buena confesión que abarque, en forma general, toda la vida y recibir la sagrada comunión.
14 El matrimonio concede el derecho a recibir las ayudas de Dios
"El matrimonio, una ayuda durante toda la vida ".
Además de fortalecer la vida sobrenatural, el matrimonio concede una ayuda especial que se llama "gracia sacramental".
Esta consiste en el derecho, que los esposos adquieren, de recibir todos los auxilios que sean necesarios para cumplir perfectamente los deberes propios de su condición de casados.
Ya que se comprometen a cumplir una misión tan difícil, como es la de llevar una vida conyugal honesta y de educar cristianamente a sus hijos, los esposos necesitan una ayuda especial.
Dios mismo se compromete, por el sacramento que dura toda la vida: es como un tesoro del cual los casados podrán disfrutar continuamente, para hacer de su vida un camino que los va acercando más y más a Dios y los va madurando en la fe.
Está claro, entonces, que la ceremonia no es sino el inicio del matrimonio: es como la consagración de la vida de los esposos.
No es exagerado afirmar que toda la vida de los casados queda como "sacramentalizada" en todos sus detalles, por la presencia de Cristo especialmente en el amor mutuo de los esposos y en la labor de educar a los hijos. (p.17).
15 El amor se hace fecundo engendrando hijos
"Los hijos : el amor hecho carne y hueso".
Dios podría, sin duda, crear directamente a los hombres, para continuar la vida humana sobre la tierra, como creó a los primeros.
Pero quiso que el hombre mismo fuese colaborador suyo para la continuación del género humano y por eso instituyó el matrimonio a fin de que, por medio de la unión sexual del hombre con la mujer, sean engendrados nuevos hijos de Adán.
El matrimonio es, por lo tanto, la respuesta del ser humano a este querer de Dios.
Aunque Dios se ha reservado la creación directa del alma humana, ha condicionado este acto creativo a la unión libre y amorosa de los esposos que "engendran", es decir, dan inicio a una nueva vida.
La colaboración entre Dios y la pareja humana en la formación de un nuevo ser es una dimensión grandiosa del amor: por ella los esposos se hacen partícipes de la fecundidad del Dios Creador.
Los hijos nacidos de esta colaboración fecunda, según las palabras del Vaticano II, "son, sin duda, el fruto más excelente del matrimonio y contribuyen sobremanera al bien de los mismos padres" (Gaudium et Spes 50). (p.18)
16 No basta engendrar los hijos, hay que educarlos
"Quienes no educan a sus hijos, no son verdaderos padres"
Además de la paternidad y la maternidad física, hay una paternidad y una maternidad espiritual que se consigue mediante la educación.
- Cuando un niño nace, la misión de los padres apenas ha comenzado.
Ante todo, es mucho el cuidado que necesita ese cuerpo pequeño y delicado, para crecer sano y fuerte.
-Además, los padres deben buscar el desarrollo completo de su hijo y por eso, al mismo tiempo que se preocupen por su salud física, es necesario:
-Que le brinden una conveniente educación, el aprendizaje de un oficio.
-Que le ayuden a formarse un carácter amable y firme.
-Y que le infundan, sobretodo con el ejemplo, el sentido del deber con la familia, la sociedad y la Iglesia.
Todo esto les permitirá triunfar en la vida.
Hay padres degenerados que matan físicamente a sus hijos quitándoles la vida corporal; pero hay también padres irresponsables que los matan espiritualmente faltando al deber sagrado de la educación.
Es evidente que este deber tiene que ser cumplido por los esposos en colaboración; no es, de ninguna manera, un deber solamente de las esposas. Cada uno de los cónyuges tiene su función insustituible en la educación de los hijos. (p.19)
"El sacramento del matrimonio fortalece la vida sobrenatural"
Cada uno de los siete sacramentos ha sido instituido por Cristo para comunicar a los hombres la gracia santificante, es decir, la vida Sobrenatural Divina que nos hace Hijos de Dios y herederos del paraíso.
El bautismo hace renacer esa vida nueva; la confesión la devuelve a los que, por el pecado, la hayan perdido; los demás sacramentos aumentan y fortalecen la gracia en los que ya la tienen.
Por esto los que van a recibir el sacramento del matrimonio, deben poseer la gracia santificante, la cual quedará fortalecida por efecto del sacramento.
Lógicamente, quien reciba el matrimonio en estado de pecado mortal no está en capacidad de recibir el aumento de la Vida Divina porque ni siquiera la posee.
Además, comete una gran falta de respeto al sacramento mismo, aunque, claro está, queda válido el matrimonio como "contrato y compromiso recíproco". Esta falta de respeto constituye un verdadero "sacrilegio".
Por eso, para poder aprovechar totalmente la gracia del matrimonio, es conveniente purificarse con una buena confesión que abarque, en forma general, toda la vida y recibir la sagrada comunión.
14 El matrimonio concede el derecho a recibir las ayudas de Dios
"El matrimonio, una ayuda durante toda la vida ".
Además de fortalecer la vida sobrenatural, el matrimonio concede una ayuda especial que se llama "gracia sacramental".
Esta consiste en el derecho, que los esposos adquieren, de recibir todos los auxilios que sean necesarios para cumplir perfectamente los deberes propios de su condición de casados.
Ya que se comprometen a cumplir una misión tan difícil, como es la de llevar una vida conyugal honesta y de educar cristianamente a sus hijos, los esposos necesitan una ayuda especial.
Dios mismo se compromete, por el sacramento que dura toda la vida: es como un tesoro del cual los casados podrán disfrutar continuamente, para hacer de su vida un camino que los va acercando más y más a Dios y los va madurando en la fe.
Está claro, entonces, que la ceremonia no es sino el inicio del matrimonio: es como la consagración de la vida de los esposos.
No es exagerado afirmar que toda la vida de los casados queda como "sacramentalizada" en todos sus detalles, por la presencia de Cristo especialmente en el amor mutuo de los esposos y en la labor de educar a los hijos. (p.17).
15 El amor se hace fecundo engendrando hijos
"Los hijos : el amor hecho carne y hueso".
Dios podría, sin duda, crear directamente a los hombres, para continuar la vida humana sobre la tierra, como creó a los primeros.
Pero quiso que el hombre mismo fuese colaborador suyo para la continuación del género humano y por eso instituyó el matrimonio a fin de que, por medio de la unión sexual del hombre con la mujer, sean engendrados nuevos hijos de Adán.
El matrimonio es, por lo tanto, la respuesta del ser humano a este querer de Dios.
Aunque Dios se ha reservado la creación directa del alma humana, ha condicionado este acto creativo a la unión libre y amorosa de los esposos que "engendran", es decir, dan inicio a una nueva vida.
La colaboración entre Dios y la pareja humana en la formación de un nuevo ser es una dimensión grandiosa del amor: por ella los esposos se hacen partícipes de la fecundidad del Dios Creador.
Los hijos nacidos de esta colaboración fecunda, según las palabras del Vaticano II, "son, sin duda, el fruto más excelente del matrimonio y contribuyen sobremanera al bien de los mismos padres" (Gaudium et Spes 50). (p.18)
16 No basta engendrar los hijos, hay que educarlos
"Quienes no educan a sus hijos, no son verdaderos padres"
Además de la paternidad y la maternidad física, hay una paternidad y una maternidad espiritual que se consigue mediante la educación.
- Cuando un niño nace, la misión de los padres apenas ha comenzado.
Ante todo, es mucho el cuidado que necesita ese cuerpo pequeño y delicado, para crecer sano y fuerte.
-Además, los padres deben buscar el desarrollo completo de su hijo y por eso, al mismo tiempo que se preocupen por su salud física, es necesario:
-Que le brinden una conveniente educación, el aprendizaje de un oficio.
-Que le ayuden a formarse un carácter amable y firme.
-Y que le infundan, sobretodo con el ejemplo, el sentido del deber con la familia, la sociedad y la Iglesia.
Todo esto les permitirá triunfar en la vida.
Hay padres degenerados que matan físicamente a sus hijos quitándoles la vida corporal; pero hay también padres irresponsables que los matan espiritualmente faltando al deber sagrado de la educación.
Es evidente que este deber tiene que ser cumplido por los esposos en colaboración; no es, de ninguna manera, un deber solamente de las esposas. Cada uno de los cónyuges tiene su función insustituible en la educación de los hijos. (p.19)
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