6 El amor es fundamento del matrimonio
"Un don que dura toda la vida".
El amor es un sentimiento tan natural que parecería no tener necesidad de explicación. Pero es tan delicado y frágil como una flor, que quienes no lo cuidan con toda diligencia lo echan a perder. El amor conyugal es el don total de sí mismo: un don que se entrega el día del matrimonio pero dura toda la vida y se realiza cada día, tanto en el gozo, como en la tristeza; en la salud como en la enfermedad.
Comprensión, perdón, delicadeza, solicitud, paciencia, cariño, humildad, discreción, y muchas otras virtudes, realizan este don día tras día.
El amor es un don que llega a la unión de los cuerpos por medio del acto sexual, como complemento y signo de la unión de las almas. Todo lo que es egoísmo y materialismo, es negación del amor. El amor es indudablemente la manifestación más alta de la persona y cada uno sabe amar en la medida en la que ha llegado a vencer el egoísmo, a formar su propia personalidad, es decir, a madurarse.
7 En busca del verdadero amor
"El amor cuesta mucho."
El amor no se improvisa, ni nace de un momento a otro, sino que es el resultado de una larga y paciente labor de formación que se lleva a cabo especialmente durante la adolescencia y la juventud.
El amor es algo más que el instinto, el atractivo, el deseo, la emoción sexual. No basta dejar pasar los años para capacitarse a amar; es preciso educarse al amor superando el egoísmo en sus múltiples manifestaciones.
Muchas veces , las palabras, gestos, actitudes , besos, intimidades, que tienen apariencia de amor, no son sino puro egoísmo porque con ellos no se busca el bien del "otro" sino la "propia satisfacción".
En el amor conyugal se armonizan y se complementan dos factores:
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-El factor físico, que busca la unión de los cuerpos por la relación sexual.
-El factor espiritual, que busca la unión de las almas por medio de la comprensión.
La simple unión física tendiente a disfrutar el placer sexual no es amor: se da también en los animales inferiores, con características muy similares a las parejas humanas.
Para que haya amor verdadero se necesita que la unión física sea siempre signo y manifestación sincera y gozosa del cariño y de la comprensión profunda que une a las personas que la realizan.
Existe el verdadero amor conyugal cuando cada uno de los esposos busca el bien del otro y está dispuesto a sacrificarse a sí mismo para lograrlo.
Cristo dijo : "Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos" (Juan 15,13). El verdadero amor es voluntad de quererse, más que emoción y estremecimiento. Es una decisión de quererse "para siempre" y supera, por tanto , con mucho, la inclinación puramente erótica, que por ser cultivo del egoísmo, se desvanece rápida y lamentablemente ( Concilio Vaticano II, Gaudium et spes 48).
8 Casarse para fundar un hogar
"El amor se encarna en los hijos"
El amor conyugal es fecundo y adquieren todo su pleno sentido den la transmisión de la vida. Los hijos no son una carga pesada, sino la encarnación del amor de los esposos.
Ellos son la razón principal de ese amor, de sus esfuerzos, de sus trabajos, de sus sacrificios. Los novios deben pensar muy bien en esta dimensión de su amor para evitar lo que se (p.10)
podría llamar "un egoísmo entre dos", que es sumamente perjudicial: " Nos queremos los dos..." "Queremos ser felices los dos", sin más.
No deben olvidar que ellos son como una semilla viviente que se siembra para que produzca su preciosa cosecha.
Es más importante, esa cosecha (los hijos) que la misma semilla, pues esa cosecha le da su sentido pleno a la semilla que son los padres.
9 Las características del amor conyugal
"Amor humano, total, fiel, fecundo..."
El papa Pablo VI, en su carta encíclica sobre la vida humana, sintetiza las características del amor conyugal en las cuatro siguientes :
"Es ante todo, un amor humano, es decir, sensible y espiritual al mismo tiempo. No es por tanto una simple efusión del instinto y del sentimiento, sino que también y principalmente, un acto de la voluntad libre destinado a mantenerse y a crecer mediante las alegrías y los dolores de la vida cotidiana, de forma que los esposos se conviertan en un solo corazón y en una sola alma y juntos alcancen su perfección humana.
En segundo lugar, es un amor total, esto es, una forma singular de amistad personal, con la cual los esposos comparten generosamente todo, sin reservas indebidas o cálculos egoístas.
En tercer lugar, es un amor fiel y exclusivo hasta la muerte, fidelidad que a veces puede resultar difícil, pero que siempre es posible, noble y meritoria; nadie puede negarlo.
Finalmente, es un amor fecundo que no se agota en la comunión entre los esposos sino que está destinado a prolongarse, suscitando nuevas vidas...Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio y contribuyen sobremanera al bien de los propios padres".
(Pablo VI, Humanae Vitae 9 ) (p.11)
Nuestro camino, nuestros sueños..
Estos han sido los momentos clave de nuestro camino juntos...( ....)
Y éstos son nuestros sueños...( ...)
(p.12)
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