lunes, 10 de agosto de 2015

TEMA 19- DIOS NOS ESPERA EN EL CIELO (Cateq. bautismal)

Nuestra experiencia

Nuestro Padre, Dios, está en el cielo. Jesús, también, porque ya volvió al cielo. Y ellos nos esperan. Más aún: Jesús prometió que volverá a venir para llevarnos con él.

El cielo es "donde está Dios". Eso quiere decir que el cielo no es un lugar, sino el amor de Dios, que nos recibe, nos abraza y nos tiene con Él por toda la eternidad.

Veamos con detalle algunas cosas más:

-¿ Qué quieres decir cuando dices que tu papá es justo?
-¿Por qué decimos que "Dios es infinitamente justo"?
-¿Cuándo nos premia y nos castiga Dios?
-¿Y cómo decide Dios si nos premia o nos castiga?
-¿Cómo llamamos al premio y al castigo de Dios?

La Palabra de Dios

-Leamos la parábola de los talentos, en la que Jesús nos enseñó que cada uno es responsable de toda su vida. (Mateo 25, 14-30)

Explicación del mensaje

-Dios es justo y a cada uno nos paga según nuestras obras, cuando se termina esta vida. No sería justo que Dios, después de nuestra muerte, les diera un premio a las personas que han hecho mucho mal y que no quisieron arrepentirse; y no sería jutos tampoco que Dios castigara a las personas que trataron siempre de ser buenas y que le pidieron perdón de sus faltas.

-El premio y el castigo de Dios duran para toda la eternidad, esto es, no se acaban nunca. Porque Dios nos ha llamado a vivir con Él y la vida de Dios es eterna: Nosotros no podemos ni imaginarnos cómo es la eternidad. Pero Dios sabe cómo es.

- El deseo de Dios es que todos los hombres se salven. Los que se condenan, se condenan por culpa de elllos y contra la voluntad de Dios. Pero Él siempre está esperándonos porque es nuestro Padre y nos ama mucho. Esto debe llernarnos de una gran confianza en Dios y de una gran esperanza.Estamos seguros de que Dios cumplirá su palabra y nos dará todas las cosas que nos ha prometido. (p.50)

Mateo 25, 14-30

Parábola de los talentos

Dibuja esta parábola de Jesús.





Hoy terminamos de aprender el Credo. Procuraremos recordarlo completo y repetirlo con frecuencia. Es la mejor manera de recordar todo lo que hemos aprendido durante este tiempo.


Creo en la resurrección de los muertos y en la vida eterna. Amén. (p.51)

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