Nuestra experiencia
Jesús nos contó la parábola del hijo pródigo. Es la más bella de todas, porque nos enseña cómo debemos volver a Dios y pedirle perdón.
Allí vemos cuáles son los pasos que el hijo arrepentido va dando, uno tras otro para volver a la casa de su padre...
Es esta historia nosotros aprendemos cómo acercarnos al sacramento de la reconciliación.
-¿ Te cuesta trabajo pedirle perdón a tu mamá?
-Generalmente, ¿cómo lo haces?
-¿ Qué es la consciencia? ¿Y para qué nos sirve?
-¿La consciencia es como la voz de Dios?
-¿Cómo confesó su pecado el hijo pródigo?
La Palabra de Dios
Leamos la parábola del hijo pródigo (Lucas 15,11-32).
Un hombre tenía dos hijos...El hijo menor recogió sus cosas y se marchó a un país lejano...
Gastó toda su fortuna y fue a servir Entrando en sí mismo, dijo:
a casa de un hombre que le mandó Me levantaré , e iré a mi padre
cuidar cerdos y le diré : " Padre, he pecado contra
el cielo y contra ti."
Padre, pequé contra el cielo Traed a prisa el mejor vestido...
y contra ti.
Yo no merezco Ponedle un anillo
ser llamado hijo tuyo... y unas sandalias...
y celebremos una fiesta.
Mensaje cristiano
- Para recibir bien el sacramento de la penitencia, debemos seguir este camino:
-Ante todo tenemos que conocer y reconocer nuestros pecados. Para eso hay que pensar seriamente y hacer un examen de lo que nos acusa nuestra consciencia.
-Luego vamos en busca del sacerdote, el cual nos acoge con bondad y generalmente, nos invita a escuchar la Palabra de Dios, leyendo algún texto de la Biblia.
-Después confesamos humildemente nuestros pecados. El sacerdote nos ayuda a hacer una confesión "íntegra", esto es, de todos los pecados mortales no confesados.
-El sacerdote nos da algunos consejos y nos impone la penitencia, que nosotros prometemos cumplir.
-Y llega el gran momento: recitamos arrepentidos el acto de contrición. Y el sacerdote pronuncia las palabras de la absolución y del perdón.
-Entonces quedamos perdonados y le damos gracias a Dios.
Expresión de la fe
Acto de contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados
que he cometido hasta hoy. Y me pesa de todo corazón,
porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar.
Confío en que , por vuestra infinita misericordia,
me has de conceder el perdón de mis culpas
y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
(pp.48-49).
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