Presentamos los frutos de nuestro trabajo
Nuestra experiencia
La segunda parte de la misa es breve, pero muy significativa. Los fieles llevamos en procesión hasta el altar el pan y el vino. El sacerdote los recibe y se los presenta a Dios. "El pan y el vino son fruto de la tierra y del trabajo del hombre".
Cuando los presentamos a Dios, le estamos presentando nuestro propio TRABAJO.
Reflexionemos sobre el trabajo, si nos gusta o no trabajar; por qué tenemos la obligación de trabajar; cuando hacemos algo bello, lo presentamos a nuestros padres? Por qué le presentamos a Dios el pan y el vino?
La Palabra de Dios
Leamos juntos las primeras ofrendas de Caín y de Abel (Génesis 4,2-5).
Abel fue pastor de ovejas... Y Caín labrador...
Caín hizo al Señor una oblación de También Abel hizo una oblación de
los frutos del suelo. los primogénitos de su rebaño...
"El Señor se fijó en Abel y su ofrenda más que en la de Caín y la suya..."
Mensaje cristiano
- Después del Credo y la oración de los fieles, viene una parte muy bella de la misa: la presentación del pan y el vino.
-Esta presentación la hace el pueblo: por eso la procesión de las ofrendas debe venir de donde están los fieles y un grupo de ellos llevan el pan y el vino hasta el altar.
-El sacerdote recibe las ofrendas del pueblo y se las presenta a Dios, diciendo que lo bendice y lo alaba por ese pan y ese vino, "frutos de la tierra y del trabajo del hombre".
-Ese es el momento preciso para que nosotros le presentemos y le ofrezcamos a Dios toda nuestra vida: nuestros sufrimientos, nuestras alegrías, nuestros esfuerzos y todo lo que hacemos por conquistar el mundo.
-Cuando un hombre trabaja, lo hace porque Dios nos dijo desde el principio: "Llenad la tierra y sometedla" (Gn. 1,28). Para eso Dios nos hizo inteligentes, para poder trabajar.
-Nosotros, los niños, nos preparamos al trabajo estudiando. Estudiar es nuestro principal oficio, por ahora. Y debemos hacerlo con gusto y con esfuerzo, porque Dios lo quiere.
Expresión de la fe
Gloria a Dios en el cielo
Gloria a Dios en el Cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos, te damos gracias.
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